La casa modernista Can Prunera ha recibido 1.000 niños en tan sólo 3 meses desde su reapertura. Más de una docena de escuelas, desde Aula Balear a Mata de Jonc, pasando por la Escoleta Municipal de Sóller, el IES Mondaura, Es Convent o Es Fossaret, han podido disfrutar del campo de juego de Las islas de la curiosidad. Los talleres familiares de los sábados y los propios visitantes de Can Prunera con sus familias, han hecho posible alcanzar dicha cifra. Las islas de la curiosidad han albergado, en sus 450 metros cuadrados, la creatividad, imaginación y sonrisas de un millar de niños que han podido crear arte en vivo, construir sus propias cabañas y castillos o relajarse en la sala de la luz, con su atrayente música e iluminación sensorial. Las mesas de luz para crear historias, los construibles de madera, los mosaicos encolados o los lienzos de agua para pintar, se han convertido para muchos de ellos en un descubrimiento único e inolvidable.
La pequeña Amira, de 4 años, nos dejó escrito que el campo de juego se había convertido en su lugar favorito del mundo. Otra niña, Neus, de 6 años, nos preguntó si podía venir todos los días a pintar. Matías, de 9 años, nuestro pequeño gran pintor, viene todos los sábados al taller desde que abrimos Y así, infinidad de bellos testimonios que nos reafirman en uno de nuestros objetivos: es en la infancia y mediante el juego donde se desarrollan las personas.
Can Prunera es ese lugar donde la creatividad, el arte y el pensamiento, se hacen juego y disfrute.